La bella imagen de un sol brillante, ante la atenta mirada fugaz de un lindo pájaro.
lunes, 31 de marzo de 2014
Las piedras de Cádiz
Cuando baja la marea, salen a la luz piedras brillantes convirtiéndose en la mejor imagen de una fotografía.
viernes, 28 de marzo de 2014
RETROSPECTIVA DE SERGIO LARRAÍN EN EL MNBA
RETROSPECTIVA DE SERGIO LARRAÍN EN EL MNBA
Por Artishock el mar 8, 2014 • 1:43 PM
“Una buena imagen nace de un estado de gracia”
Sergio Larraín
Sergio Larraín, Rue principale de Corleone, Sicilia, 1959 © Sergio Larraín/Magnum Photos
Una extensa retrospectiva sobre la obra del fotógrafo chileno Sergio Larraín, el primer latinoamericano en ingresar a la prestigiosa agencia Magnum, se inaugurará el 28 de marzo en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) de Chile, luego de presentarse en Arlés, Francia.
La exposición es organizada por Magnum Photos y cuenta con la curaduría de Agnès Sire, directora de la Fundación Henri Cartier-Bresson, en París.
Con motivo de esta exposición, el Departamento de Arte de la Universidad Alberto Hurtado (UAH) organizará un ciclo de conferencias en torno a la obra de Larraín y participará activamente en la elaboración del material educativo para la muestra.
Sergio Larraín atravesó el planeta fotográfico como un meteorito. Su inquietud por la pureza, su atracción por la meditación, lo llevaron a aislarse, luego de numerosos viajes, en el campo cerca de Ovalle, Chile. Desde allí escribía mucho, preocupado por la necesidad de hacer evolucionar la Tierra hacia una toma de conciencia, sin dejar de amar profundamente la fotografía. Su práctica se limitó desde entonces a algunos satori: momentos puros de iluminación.
El fotógrafo siempre rechazó la idea de una exposición en vida, pues la publicidad asociada necesariamente lo sacaría de su soledad, ganada con tanta dificultad. Es, por tanto, con el total acuerdo de sus hijos que se presenta esta retrospectiva de su obra.
La primera presentación fue en los Encuentros Internacionales de la Fotografía de Arles, Francia, en julio de 2013, y tras su paso por el MNBA viajará a algunas regiones de Chile: la Pinacoteca de Concepción, en Concepción; el Museo Regional de Magallanes, en Punta Arenas; y el Museo Gabriel González Videla, en La Serena.
Su serie Vagabundeos, un registro de más de un centenar de fotografías en blanco y negro de niños abandonados, se exhibió en la Fundación Henri Cartier-Bresson entre septiembre y diciembre de 2013 y se presentará en la Bayerische Versicherungskammer (Münich, Alemania) entre marzo y junio de este año, y en el Forte Di Barde (Italia) el próximo mes de julio.
Para Roberto Farriol, director del MNBA, “la retrospectiva de este gran artista es un hito para la historia de la fotografía de nuestro país. Sergio Larraín Echenique fue el primero de los fotógrafos chilenos en lograr reconocimiento internacionalmente. Su magnífica y delicada forma de captar la luz a través de su cámara la podremos apreciar por primera vez en Chile en toda su extensión. Sus obras nos permitirán mirar la realidad desde su lente, adentrándonos en su profunda sensibilidad en torno a significativos momentos de la existencia”.
Sergio Larraín, Pasaje Bavestrello, Valparaíso, Chile, 1952 © Sergio Larraín/Magnum Photos
Dibujos, satoris y fotografías
El fotógrafo chileno más destacado mundialmente es un desconocido en su propio país. Su obra se mostró a comienzos de la década de 1960, luego vino el silencio. Hoy Sergio Larraín es un fotógrafo apreciado en todo el mundo, una fama magnificada por la dificultad de ver su obra impresa.
El secreto mejor guardado de una cofradía de artistas y fotógrafos que lo han admirado por años.
Los negativos originales de sus fotografías están conservados en París, en los archivos de la agencia Magnum, donde Agnés Sire fue directora de arte desde los años ochenta. Actualmente encargada de la Fundación Cartier-Bresson, realizó esta curaduría de un centenar y medio de fotografías y dibujos de Larraín a partir de un acervo que conoce de cerca hace mucho tiempo.
La selección considera “estaciones” en el viaje de Sergio Larraín por la fotografía y por el mundo para mostrar su gran trayectoria. Considera sus inicios, la vida cotidiana de Santiago, su colaboración con el Hogar de Cristo y la fundación Mi Casa -retratando a los niños de la calle que vivían en las riberas del Mapocho-, Chiloé y el sur de Chile, el notable registro de la vida en pueblos del altiplano andino, Valparaíso y la bohemia del gran puerto del fin del mundo, las ciudades europeas y su casa monacal en Ovalle, composiciones minimalistas que dan cuenta de su búsqueda espiritual y su cultura del desapego.
El trabajo desarrollado por la curadora contó desde sus inicios con el apoyo del artista y sus hijos, quienes mantuvieron un fluido contacto a pesar de la distancia. La retrospectiva consiste en una selección de 11 dibujos, 7 satoris y 157 fotografías, ampliadas recientemente a partir de los negativos originales, basadas en las copias autorizadas por el autor.
Como complemento se han incorporado proyecciones audiovisuales y documentación en vitrinas.
Una buena fotografía nace de un estado de gracia
Por Agnès Sire
Fotógrafo por gusto del vagabundeo, por el deseo profundo de estar en el mundo y por la pureza del gesto, el chileno Sergio Larraín pasó no obstante la mayor parte de su vida retirado, practicando yoga y meditación, escribiendo y dibujando. Dejó una obra brillante como una estrella fugaz, cuyo recorrido tuvo la sabiduría de interrumpir él mismo cuando ya no le procuraba la libertad que esperaba. Quien también quiso ser escritor pasó mucho tiempo en busca de sí mismo para finalmente hallar su esencia en una privación voluntaria.
Hijo de una familia de la gran burguesía chilena, Sergio Larraín (1931-2012) huyó muy temprano de la vida mundana que reinaba en la casa de su padre, famoso arquitecto y coleccionista. A pesar de las difíciles relaciones que mantenía con él, Larraín hijo reconocería más tarde que, gracias a la rica biblioteca familiar, pudo educar su sentido de la observación y tener acceso a la fotografía.
Los niños abandonados de Santiago constituyeron el tema del primer trabajo significativo del que, por aquel entonces, era sólo un aprendiz de fotógrafo que ya se mostraba reacio a cualquier forma de integración social. Esos niños eran tanto un reflejo de su propia personalidad, como la expresión de su deseo de una sociedad mejor. Una manera de afirmar su diferencia.
Larraín se afanaba porque sus padres lo tomaran en serio, pero simultáneamente quería romper con su medio social. Obtuvo una beca del British Council para trabajar en Londres siguiendo los pasos de Bill Brandt que tanto admiraba. El invierno frío y brumoso de la vieja capital de un imperio pasado, produjo en el fotógrafo chileno una sensación de desolación, que acentuaba aún más su visión acerca del poder del dinero. Durante ese viaje a Europa, se cumpliría el sueño de Larraín: al ver su trabajo, su héroe, Henri Cartier-Bresson, le propuso formar parte de la cooperativa fotográfica Magnum.
Muy pronto, Larraín comenzó a interrogarse sobre las hazañas que requería el hacer fotografías para las revistas. Para los reportajes de la agencia, viaja intensamente desde París. Pero luego decide volverse rápidamente a Chile para quedarse, alejándose así del comercio de las imágenes. Valparaíso, donde ya ha fotografiado mucho, se transforma en el foco de su atención. A lo largo de los años, construye allí un ensayo fotográfico mayor, que marcó a varias generaciones de fotógrafos.
La exposición rehace su recorrido de forma bastante cronológica, de los niños vagabundos a los satori y dibujos que lo ocuparon durante cerca de treinta años. Los términos que emplea Larraín para describir el estado de gracia en el que por fuerza hay que encontrarse para «recibir» una buena imagen son los propios de una forma de misticismo o de espiritismo, como si las imágenes existieran en el cosmos y el fotógrafo sólo actuara como médium: así como se confunde con los niños de las calles que deambulan como ángeles salidos de la nada, Larraín forma cuerpo con la piedra. Su mirada magnética recorta fragmentos de realidad, sin temerle al fuera de campo, al tiempo sugerido, a las diagonales atrevidas, a la falta de nitidez, el pleno sol o la penumbra. Sus imágenes están abiertas: sus personajes suelen salir del encuadre, como si fueran inaprensibles y se resistieran a dejarse encerrar, como el propio Larraín.
Después de recorrer un camino sinuoso y atravesar rupturas difíciles, cuando la gloria estaba al alcance de su mano, Sergio Larraín decidió echar raíces en una tierra acogedora, para transmitir lo que había aprendido, escribir y alertar a la humanidad sobre su propia destrucción y la destrucción del planeta. Quiera el tiempo hacer que esas raíces fructifiquen en otros seres humanos y que crezca el estado de conciencia que este vagabundo, por fin apaciguado, anhelaba con todas sus fuerzas.
Mostrar a los otros lo que otros no miran |Perspectivas en torno a la fotografía de Sergio Larraín
Entre las actividades asociadas a la exhibición se encuentra un ciclo de conferencias en el MNBA en el que participarán académicos de diversas áreas de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UAH y especialistas en fotografía, organizadas por el Departamento de Arte de la UAH. En este ciclo se abordarán diversas dimensiones de la obra de Sergio Larraín, como su sensibilidad por las invisibilidades, el diálogo de su fotografía con la ciudad y su singular mirada a Chile y sus habitantes.
El programa completo se puede consultar aquí
Por otra parte, el Hogar de Cristo en colaboración con la Universidad Alberto Hurtado, convocarán a un gran concurso fotográfico nacional, cuyo tema serán las nuevas representaciones fotográficas de la pobreza en el Chile de hoy.
Sergio Larraín nació en Santiago de Chile, donde fue criado en un ambiente familiarizado con las artes y relacionado con la cultura; su padre, uno de los arquitectos más destacados de América del Sur, era amigo de pintores como Josef Albers y Roberto Matta. Larraín compra su primera cámara fotográfica durante sus estudios de Ciencias Forestales y Ambientales (1949-1953), primero en la universidad de Berkeley en California, luego en la de Michigan, en Ann Arbor, donde profundiza en las técnicas del laboratorio fotográfico. Deja los estudios para volver a Chile y viajar a Europa con su familia, para calmar el dolor profundo de la muerte accidental de su hermano menor.
Es en estas circunstancias que Larraín descubre su verdadera pasión por la fotografía. A su vuelta en Santiago, se retira a vivir en la comuna de La Reina, un área semi rural en esos años. Colabora con instituciones como el Hogar de Cristo y Fundación Mi Casa para apoyar a los niños que viven en situación de calle. Una serie de estas imágenes las recibe Edward Steichen, curador de fotografía en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, quien las compra dando así un espaldarazo internacional a su promisoria carrera. Se convierte en fotógrafo freelance y empieza a trabajar también para la revista internacional brasilera O Cruzeiro (1956-1957).
Expone en 1958 en el Museo de Bellas Artes de Santiago junto a Sheila Hicks y regresa a Europa becado por el Consejo Británico, lo que le permitió residir en Londres entre los años 1958 y 1959. Es en esta etapa cuando conoce a Henri Cartier-Bresson, quien le propone ingresar en la cooperativa de fotógrafos Magnum. Se instala entonces en París y comienza a viajar realizando reportajes para la agencia.
A comienzos de los años 60 regresa a Chile con el propósito de ahondar en las temáticas que más le interesan, sin las exigencias comerciales de la prensa internacional. Se concentra en proyectos como la gente y el entorno de Valparaíso, que ya había fotografiado en numerosas ocasiones. Realiza una importante serie fotográfica cuyas imágenes se publican primero en la revista suiza Du Atlantis acompañadas por un texto de Pablo Neruda. No es hasta mucho después, en 1991, que la Editorial Hazan publica el libro Valparaíso, con ocasión de la exposición de Les Rencontres de la Photographie de Arles.
En esta época fotografía la casa del poeta en Isla Negra, a orillas del Océano Pacífico, trabajo publicado en su libro Una casa en la arena. En 1965, movido por la meditación transcendental y las filosofías orientales, se aleja en la práctica de Magnum. En 1969 se instala en Arica, al norte de Chile, para seguir durante tres años las enseñanzas del maestro espiritual boliviano Oscar Ichazo. A continuación decide aislarse con el fin de dedicar la mayor parte de su tiempo a la pintura, la meditación, el yoga y el profundizar en el desarrollo personal.
El Instituto Valenciano de Arte Moderno, IVAM, de España, le dedica una gran retrospectiva en 1999, tras la cual los medios internacionales lo asedian. Como consecuencia, exige que en el futuro se le mantenga al margen de toda reflexión sobre su obra.
No obstante, hasta el final continuó enviando a la agencia sus hojas de contacto, con sus últimos negativos para que Magnum custodie el conjunto de sus fotografías.
Sergio Larraín murió el 7 de febrero 2012 en su casa de Tulahuen, cerca de Ovalle, en Chile, a la edad de 80 años, acompañado por la paz de su fe budista y sus colaboradores cercanos.
Sergio Larraín: Retrospectiva
Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), Santiago de Chile
Del 28 de marzo al 15 de julio de 2014
Tags: Agnés Sire, Bayerische Versicherungskammer, Encuentros Internacionales de la Fotografía, Forte Di Barde, fotografía, fotógrafos chilenos, Fundación Henri Cartier-Bresson, Magnum Photos, Museo Gabriel González Videla, Museo Nacional de Bellas Artes, Museo Regional de Magallanes, Pinacoteca de Concepción, retrospectiva, Roberto Farriol, Sergio Larraín, Universidad Alberto Hurtado (UAH)
jueves, 27 de marzo de 2014
La sintonía de nuestras fotografías
La fotografía es la sintonía de nuestra cámara.
Se oyen luces, sombras, resuena click.
El baile entre visor y objetivo, nace una fotografía del corazón.
El bello retrato de un paisaje deslumbra ante nuestros ojos.
El bello retrato de un paisaje deslumbra ante nuestros ojos.
Florece millones de colores, un paisaje bello entre muchas otras.
Amanece, atardece y anochece,
Amanece, atardece y anochece,
según los movimientos entre varias tomas de fotografías.
Esos movimientos que nacen y bailan al son de la sintonía de nuestra cámara.
Bienvenidos a mi Blog
En este blog os mostraré mi pasión por la fotografía en todos los ámbitos y sentidos y como dice mi título A TRAVÉS DEL OJO MIRA EL CORAZÓN
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